Saturday, February 04, 2006

Vivaaaaaaaaaaaaaa, hoy he tenido un mal día

Hay días que uno sabe que no van a ser buenos. Es levantarse de la cama y una extraña sensación te recorre el espinazo a modo de aviso: chaval, prepárate porque hoy vas a saber lo que es bueno cabrón. Intentas ignorar esa sensación, pero es imposible, eres consciente de que a partir de ese momento, por mucho que lo escondas, hoy van a joderte de lo lindo y no puedes hacer nada por correr o huir de ello.
El primer golpe lo recibes en la barbilla, con toda la dureza y sin aspavientos, aturdido intentas recuperarte, sabes que sólo es el comienzo, pero la cosa empieza a doler. Con una sonrisa por no llorar te dices, y eso que aún es por la mañana.
El segundo va directo al hígado, te deja seco, sin aire en los pulmones y con pocas ganas de juerga, pero amigo, nadie dijo que fuese fácil, el teléfono suena y de repente el enfermo debe convertirse en médico ocultando su enfermedad. Hora y media de farsa y teatro intentado no venirte abajo, un regalo maravilloso para ir terminando un gran día.
El tercero, directo al estomago, sutil y certero, rápido y sin prolegómenos para que no te olvides de que esto no es bambi, la vida no es de caramelo. Genial piensas, y eso que ni siquiera buscaba lamerme las heridas sino aguantarlas impertérrito.
¿No es maravilloso tener días así para recordarte lo cabrón y desternillante que puede llegar a ser el destino? Hay días que uno no sabe que van a ser buenos…

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