Saturday, January 28, 2012

Verdad o mentira...

¿Para qué te levantas a las ocho de la mañana si estás en paro?. Pensaba mientras el maldito despertador del móvil no dejaba de llenar la habitación, totalmente a oscuras, de un ruido intenso y aterrador. Puedes acurrucarte bajo las mantas y las sábanas, dejar solo al descubierto los ojos y dejar vencerte de nuevo por el sueño. No tienes nada que hacer ahí afuera con el frío que hace.

No. Un día fantástico me está esperando y no puedo perdérmelo simplemente porque ya no tenga que cumplir con el rito social de ganar dinero, eso sí, según los cánones aceptados por la sociedad. Asi que levanta ese culo gordo y perezoso, abre los ojos y afronta tu destino entre los casi más de cinco millones más de españoles que están en la misma situación que tú.

Además hoy deberías renovar tu D.N.I. asi que ya sabes, aséate, desayuna y a la comisaría. Una vez allí puedes cometer algún delito, quién sabe, si tienes suerte pueden encarcelarte unos años y ya no deberías volver a preocuparte de pagar alquiler y tener dinero suficiente para comer. Y seguro que entre los barrotes haces amigos nuevos. Preparados, listos, ya... . Cerrar la puerta de casa y al metro.

Las nueve y media de la mañana. No hace mucho frío pero el sol brilla por su ausencia. Curiosa frase. La prensa en portada amenaza que nos iremos al garete y que cada días más gente no pertenece a la cuenta naranja, sino al club del INEM.¡Fantástico, eso es optimismo a raudales!

Después de casi dos horas y media para conseguir número en la comisaría, consigues que te atienda un funcionario con la cara más triste y gris que hayas conocido. Sus buenos días no suenan ni a días, mucho menos a buenos. ¿Le recomiendo cenar fibra como en el anuncio para ver si mañana se encuentra más feliz? Mejor no. Acaba los trámites burocráticos cuanto antes y listo, es lo más sabio.

Con tu nuevo DNI bajo el brazo y de en el metro otra vez, una melodía comienza a filtrarse entre el murmullo y el ruido de la estación. Reconoces las notas, se trata del Ave María de Schubert. La tarareas pero no eres el único que lo hace mientras dejas atrás al artista. Un anciano la está cantando también. Le miras y sonries, te devuelve la sonrisa.

Así que conoce la canción, te pregunta. Claro, le respondo. Es el Aver María, ¿no?. El anciano, con su traje gris y jersey blanco, sombrero y corbata negra se rié. No se ofenda joven, pero esta equivocado. ¿Cómo pienso? Déjeme que me explique, dice el alegre señor.

Por supuesto, le contesto. Si acepta usted un café, me lanza. No me mal interprete, dice, pero es extraño encontrar un joven que disfrute de la música clásica y reconozca una melodía. Además, no hará usted el feo de negarle una invitación a una persona mayor como yo, ¿verdad?. Ante estas palabras, no puedo negarme.

Salimos al exterior y el frío aire de la mañana nos da la bienvenida. Conozco una cafetería cercana tranquila, los dueños son viejos conocidos y tienen una tarta de manzana realmente exquisita, comenta el anciano. Y permítame que me presente, me llamo Javier, Javier Salcedo Ruiz. Encantado, le espeto mientras le estrecho la mano. Yo Alberto.

Llegamos a la cafetería y Javier pide dos cafés y dos trozos de tarta de manzana. Al poco llega el camarero, que deposita el pedido en la mesa y se va. Bueno, dice él rompiendo un incómodo silencio. Sé que te puede parecer extraño, comenta mientras da cuenta de un buen trozo de tarta, que te diga que estás equivocado. Claro, contesto, porque siempre he pensado que esa pieza era el Ave María de Schubert.

Y no estás del todo equivocado Alberto. La gente la conoce por ese nombre, pero realmente se llama "Ellens dritter Gesang" y si, es de Schubert. Muchos suelen pensar que se trata de una aria de una ópera, pero se equivocan. Es un lied. ¿Sabes lo que es un lied?, Alberto. No, no tengo ni idea Javier. Pues un lied, responde, es una canción, valga la redundancia, pues eso es lo que significa en alemán. Se tratan de pequeñas canciones sacras o laicas que experimentan una gran difusión en el centro de Europa a partir del XIX, precisamente con Schubert que fue su máximo difusor. Muy interesante, le respondo mientras termino de comerme la mejor tarta de manzada que he probado.

Y esa canción en concreto, dice Javier, es de una preciosidad y profundidad espiritual única. Pocas personas conozco que no la escuchen y no se sientan trasportadas inmediatamente a un lugar de paz y serenidad, ¿verdad?. Si, estás en lo cierto, le respondo. Suelo escucharla cuando necesito desconectar y encontrar un momento de serenidad conmigo mismo.

Sé de lo que hablas Alberto. Sabes, la edad me permite ser muchas veces más valiente, o mejor dicho, menos temeroso a la hora de hacer preguntas. ¿Eres feliz, Alberto? La pregunta me deja totalmente descolocado. Comprendo que es una pregunta un poco delicada y muy personal, dice, pero debería ser más fácil de contestar, ¿no?. Uno se tira un montón de años persiguiendo la felicidad Alberto, te lo digo por experiencia, para acabar por darse cuenta uno de que la felicidad está contigo en todo momento, simplemente hay que aprender a disfrutarla. Mira, tus ojos son tristes, lo son porque creo que tu infelicidad está en que no encuentras lo que llevas mucho tiempo buscando. No hace falta que me digas lo que es, lo sé perfectamente.... . Javier se para un momento y me mira muy serio.

Alberto, me dice, lo que tú estás buscando es lo más hermoso que puedas encontrar, creéme,  pero no pierdas de ser feliz mientras no lo halles, pues sino, llegado el momento, lo echarás todo a perder al pensar que has perdido más de lo que has topado. Los seres humanos somos así de estúpidos.

Mientras Javier hablaba, yo no dejaba de oír el lied de Schubert en mi cabeza. ¿Sabes por qué te gusta tanto esa canción Alberto? No le contesté. Porque en ella, una bella dama le pide a la Virgen que le protega, que cuide de ella y le defienda de todos los males y problemas del mundo exterior. Y eso es lo que tú buscas también, un lugar donde descansar y sentirte seguro, por eso te gusta tanto. Todos necesitamos nuestro pequeño edén, ese lugar donde bajar nuestros brazos y sentirnos en paz...

Pero ese lugar no está en ningún lugar más que en ti mismo, en tu interior, en tu alma y en tu corazón Alberto, deja de buscar y encuentrate... Y mientras me dejaba perplejo y sorprendido, Javier se levantó, pagó la cuenta y con una sonrisa en su cara, se despidó gesticulando caballerosamente con su sombrero.

Esta historia puede ser verdad o mentira, pero eso es lo de menos, lo importante es lo que en ella se cuenta. Si quieres que sea verdad, te diré, lo es; si por el contrario, piensas que me la he inventado, te diré, si, me la he inventado, pero no pienses que por ello lo que cuento no lo es.



Friday, January 27, 2012

Brevísimos XXIII

¿Por qué nos caemos?
Para aprender a levantarnos...


Monday, January 23, 2012

Mis maestros (XIII): José de Espronceda

"Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor."

Canción del Pirata, de José de Espronceda.

Saturday, January 21, 2012

Mis maestros (XII): Patrick Rothffus

 "Deberías hablar con ella - dijo Simmon -. Si te gusta una chica, tienes que decírselo."

El nombre del viento de Patrick Rothffus.

Thursday, January 19, 2012

Sentimiento de melancolía

Hoy dejaré que me arropes y mezcas en tus brazos, pero mañana, cuando salga el primer rayo de sol, volverás a desaparecer por donde has venido. Yo así lo decido.

Thursday, January 05, 2012

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos, Hace ya unos cuantos años que no os escribo una carta, bueno siendo sincero con vosotros, puedo decir que dejé creer y perdí la ilusión. El paso del tiempo me fue alejando de ese niño que esperaba con los ojos brillando la noche más mágica del año, que lleno de esperanza y felicidad soñaba despierto mientras esperaba sus regalos. Pero siempre hay tiempo para volver a ser ese niño, de recuperar la sonrisa inocente y limpia del pequeño hombre que tiene ante si todo, pero que no se asusta ni esquiva la lucha que le espera. De volver a sentir la dulce caricia de la sorpresa y el agradable abrazo de la ilusión. Majestades, después de renegar de ese niño que escondí tanto tiempo, vuelvo a él. A reir, a ilusionarme, a saber disfrutar de la espera y no del regalo, a saborear del caramelo del camino y la felicidad. Por todo ello, hoy no voy a pedirles regalos para mí después de tanto tiempo, sino para aquellas personas que me han ayudado a re-encontrarme con mi yo niño. Llenad por tanto, de felicidad y sonrisas, de regalos y sueños cumplidos y por cumplir, el zapato de mi ángel que me hace jugar y volar. También los de mi familia por recordarme que si existen paraisos donde dejarse caer y simplemente descansar. Sin olvidarme del calcetín de ese niño grande o ese hombre niño que es David, que me enseña cada día la importancia de ser feliz y lograrlo uno mismo. De saber esperar y disfrutar del camino. Y del cariño y cercanía de su generosa familia. Y del calcetín de Felipe. Un amigo, un maestro, un sabio y una joya de luz que ilumina con su energía blanca y pura allí donde esté. Siempre con las palabras justas para hacerte pensar y no dejarte acomodar. Y de Oscar por luchar por sus sueños como lo hace, de Javi por no dejarse vencer por los miedos y ganar la batalla a esa pérdida en su vida. De un corredor incandable como David, que dentro de poco disfrutará de uno de lo tesoros más valiosos de la vida con su hijo. En fin, sus mágicas majestades, dejen bien llenos esos calcetines y el mio estará rebosante de felicidad por ello. Atte. Alberto Fernández Alonso, un niño de nuevo.

Tuesday, January 03, 2012

Lecciones de nieto y abuelo.

Entre el abuelo que corre detrás de su nieto, asustado porque va como un fitipaldi en bici y el nieto, que va sin miedo y con una sonrisa de oreja a oreja, me quedo con lo segundo. Pero entre los llantos del segundo en el suelo después de caerse y los ánimos del primero para que se levante y se monte en la bici de nuevo, me quedo con el segundo.
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