Monday, March 19, 2012

¿Corres o huyes?

Hoy he vencido a uno de ellos....

Les miras a los ojos, sientes cada inspiración y expiración de tu respiración entrecortada, el sudor en tu frente y tus temblorosas manos, la sequedad de tu boca. Estás ante él y piensas que te puede. Huyes, corres lo más fuerte que puedes hasta quedarte sin aliento, hasta que los calambres convierten cada músculo de tus piernas en un amasijo de carne dura y agarrotada incapaz de dar un paso más. Todos tus sentidos están alerta para ver si te ha seguido, si ha sido capaz de pillarte. Intentas olerle, intentas verle entre la nublada vista que ofrecen tus ojos, crees poder oírle a lo lejos para poder volver a correr, reconoces el amargo sabor en tu lengua del pánico e incluso, crees ser capaz de sentir en cada centímetro de tu piel su presencia. Pero no está. Lo has logrado, has vuelto una vez más a ser más veloz que él.

Pero te sabes fracasado, eres consciente de tu derrota, pero decides ignorar esos sentimientos y te conformas con la dulce pero peligrosa sensación de seguridad y confort momentánea. Hasta que él vuelve aparecer.

Entonces, todo ocurre de nuevo como en un círculo vicioso que nunca termina. Él aparece de repente, sin avisar como suele hacer siempre, odias su omnipresencia, odias cada sensación y reacción que te provoca. Pero hoy no va a ser así. Vuelves a mirarle a los ojos, vuelves a sentir cada paso de tu respiración saliendo y entrando de tus pulmones llenos y vacíos de aire, la humedad del sudor está donde antes estaba, bañando tu cuerpo y la sequedad de la boca se ha vuelto esta vez incluso más intensa. Sin embargo, es diferente. Te provoca lo mismo, pero te sientes diferente, te notas diferente.

Tensas cada músculo de tu cuerpo, envías torrentes de oxígeno y sangre a los cientos de músculos de tus piernas que ya se notan preparadas y listas para correr, mas esta vez no va a ser en dirección contraria. Has decidido jugartelo todo, estás harto de huir, quieres saber en todo tu cuerpo que significa la victoria, librarse de las cadenas pesadas que él supone. Tienes unas cartas y quieres jugarlas, tu mente y tu cuerpo te invitan a que lances a la mesa todas tus fichas, sabes que es el momento del doble o nada y por primera vez, no te importa. Es tú all in. Y te lanzas, y corres como nunca lo has hecho, más fuerte, más rápido, más emocionado. Nunca habías experimentado lo que significa vivir. A los pocos segundos le alcancas, esta vez es él el sorprendido, el que intenta escapar de tí y no puede. Lo atraviesas con ira y valentía como si fuese una nube negra de ponzoña y veneno que empìeza a desvanecerse al fin.

Se ha acabado. Las piernas están igual de agarrotadas y duras que las otras veces, respirar es un esfuerzo que te impregna de dolor y tus sentidos permanecen en alerta. Sin embargo, no reconoces ese sabor en tu paladar, es algo nuevo que nunca habías probado antes. Miras extrañado a tu alrrededor y por primera vez tus ojos se cierran y ves con tu corazón, el mismo que late a cien por hora, que algo ha cambiado. Comienzas a ser consciente de que has ganadado, que has alcanzado la victoria y por fin le has derrotado. Mil sentimientos recorrer todo tu cuerpo y el dolor comienza a mitigarse hasta convertirse en esa pequeña cicatriz de la que te sentiras orgulloso, en algo que a pesar de todo, quieres volver a sentir con toda intensidad.

Al fin te has enfrentado a él y le has aplastado. Por primera vez él no ha podido contigo. Él ya no está, ha desaparecido, has logrado vencer a uno de tus MIEDOS.


Sunday, March 18, 2012

My heart bringing out the dark

There's a fire starting in my heart
Reaching a fever pitch
And it's bringing me out the dark


Thursday, March 15, 2012

Saturday, March 10, 2012

Microcuento (IX): La sonrisa de los otros

El alumno salió a la calle acompañado de su maestro, cuando llevaban unos cuantos minutos caminando, éste último le preguntó:

- ¿Te ocurre algo querido alumno?, pareces molesto con algo.
- Maestro, ¿no sé ha dado cuenta?, todo el mundo se está riendo de mí.
- No se están riendo de tí, simplemente son felices...

Thursday, March 08, 2012

Mis Maestros XVI: Richard David Precht

"La lógica de nuestros genes no es la lógica de nuestros deseos, la lógica de nuestros deseos no es la lógica de nuestros sentimientos, la lógica de nuestros sentimientos no es la lógica de nuestro pensamiento, y la lógica de nuestro pensamiento no es la lógica de nuestra acción."

Existe una gran diferencia.

 - Y ¿todos los Adem piensan así? - pregunté, contento de tener por fin la oportunidad de plantear esta pregunta - . ¿Que el sexo no es algo especialmente íntimo?

- Claro que es íntimo - dijo Vashet - . Cualquier cosa que una a dos personas es íntimo. Una conversación, un beso, un susurro. Hasta pelear es íntimo. Pero nosotros no somos extraños respecto al sexo. No nos avergonzamos de él. No creemos que sea importante quedarnos el sexo de otra persona para nosotros solos, como un avaro que acumula oro. - Sacudió la cabeza - . Esa idea tan extraña es la que más os diferencia a los bárbaros.

- Pero ¿y el amor? - pregunté, un poco indignado -. ¿Qué pasa con el amor?

Vashet soltó una larga y fuerte carcajada de regocijo. Debió de oírla medio Haert, y resonó por los montes.

- ¡Bárbaros! - dijo enjugándose las lágrimas -. Se me había olvidado lo atrasados que sois. Mi rey poeta también era así. Tardó muchísimo en aprender la verdad: que existe una gran diferencia entre el pene y el corazón.

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