El tiempo quema mujer, mientras espero de tus labios las palabras que lo consuman. Dentro, muy profundo en mi alma, poco a poco, se instala la impaciencia y la desesperación del que te ama en secreto pero no puede decirte lo que siente. ¿Cobarde? No, simplemente un animal herido demasiadas veces que, conscientemente, esconde aquello que puede hacerle daño, no, no lo llames cobardía, es instinto de supervivencia.
Necesito de ti una señal, soy marinero que en su barco ansioso urge de encontrar la luz de un faro para no estrellarse en las peligrosas rocas de la costa, dame tu esa luz, no permitas que me hunda más y más en la oscuridad del océano del cual quiero salir de una vez. He visto demasiadas veces el fondo del mar para desear volver, sácame a la superficie y dime con esos labios las palabras que deseo oír.
Escondido en mi rincón, barrido por la multitud que me rodea y me ignora, soy como el vagabundo que pasea lentamente por los arrabales de tu vida, ansioso de que me encuentres algún día. Espero con mi cuerpo agazapado, pero con mi corazón abierto; que no te confunda mi aspecto, sólo es una máscara para poder vivir, que no te asuste mi forma de ser, soy un perro defendiéndome en una jauría que no perdona. Ojalá tú me desvistas de este falso disfraz y veas mi cuerpo tal cual, totalmente desnudo, no sabes como lo desea toda mi piel.
Sería tan feliz con un sí, con una simple mirada, con un roce de tu mano en mi cara, sería…
Dime que me quieres cuando menos me lo espere porque será cuando más lo necesite.
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