Podría decir tantas cosas, miles de palabras para explicarte lo que siento, pero todas serían inútiles. Podría escribir un maravilloso cuento donde relatarte lo especial que eres para mí, mi dulce niña, pero de nada servirían si tú no los lees.
Todo el trabajo y esfuerzo se resuelve con un simple “te quiero”, “te amo”, pero tu y yo sabemos la respuesta, así que para que intentarlo.
Tu imagen me destroza y desarma completamente, pierdo la concentración y sólo pienso en tenerte cerca, muy cerca, lo suficiente para que nadie escuche las cosas que quiero decirte, para sentir tu dulce piel y oler tus cabellos, pero los dos sabemos que eso es imposible. Me pides algo que no puedo darte y yo te pido algo que no puedes darme. Y mientras el tiempo pasa, cada vez que veo tus ojos, dagas afiladas se clavan en mi interior recordándome que por mucho que lo intente, no puedo olvidarte fácilmente, porque tu niña, me has calado muy hondo, y lo sabes.
No pienses que estoy triste o melancólico, contigo me puede más el orgullo y la impotencia de querer poseerte eternamente y no poder hacerlo, el pensar que juegas conmigo como una niña con un muñeco de trapo. Algún día se acabará y seré libre de tu hechizo, pero mientras, no dejes de hacer lo que quieras.
No comments:
Post a Comment