Thursday, June 24, 2010

Buenas noches

Cierren los ojos y déjense llevar por esta dulce nana. ¡Felices sueños!

Monday, June 21, 2010

Ni cifras ni letras, lo que importa es el sentimiento.

He pasado un fin de semana, digamos particular, que me ha permitido tener mucho tiempo para reflexionar sobre amplitud de temas. Las ideas iban y venían mientras las horas pasaban por delante, lentas, donde cada segundo significada toda una vida, en más de un sentido, incluso literal.

Sentado, a oscuras, incapaz de dormir y con la única luz de la blanca pantalla del ordenador portátil. En mi cabeza esas ideas no paraban de surgir, desaparecer y volver de nuevo como lo hacen las olas en una tempestad. Sin embargo, encontré la calma. Vi el faro que permitió al barco resguardarse de las peligrosas rocas de la costa y atracar en puerto seguro. "Superación y esfuerzo", esa era la clave.

Si, esa fue la luz. Superarse ante las adversidades, probarse a uno mismo donde tiene sus límites, esforzarse por mejorar y dar cada vez un pasito más allá. Hacer camino, hacer vida. Ambas palabras traspasaron la dimensión pensante para materializarse en mí, y así, con "superación y esfuerzo" fui capaz de dar esperanza donde había pena, alegría donde había tristeza y consuelo donde había llanto.

Sin embargo, esas palabras no llegaron de forma mágica o automática a mi mente. Algo me decía que estaban ahí por algo o por alguien. ¿Un angel, un genio, un mago, un espíritu? No lo sabía, pero tenía que intentar descubrir quien había sido. Después de un tiempo dándole vueltas, leyendo un blog lo ví claro.

No las había puesto nadie en mi cabeza. Él me había enseñado con sus pequeños pasos la importancia de esas palabras y yo poco a poco las había ido asumiendo e interiorizando. ¿No me creen? Se lo enseñaré.

Hace cinco años comenzó a escribir un blog, como ya saben, y ese inicio comenzaba así: "El viaje más largo empieza con un pequeño paso". Desde entonces, ha escrito ya 500 entradas que fueron festejadas como se merecían. Sin embargo, justo en el momento de cumplir esos mencionados cinco años, resulta que una cifra más ocupaba el protagonismo de dicho aniversario: "100x24". La demostración más clara que nunca en este tiempo ha dejado de caminar hacia adelante, pasito a pasito como nos había dicho al comienzo. Todo un ejemplo que yo, no podía dejar de aprender e intentar hacer mío.

Ha querido el destino, que tiene un humor bastante propio, que la celebración de su quinto aniversario bloguero, su cumpleaños y una situación personal mía coincidieran en el tiempo. Y su enseñanza, ha sido la válvula de salvación que he utilizado.

Desde este humilde blog, siempre he festejado a su lado los pequeños acontecimientos tanto de su Rincón como de sus cumpleaños, ahí están unos fragmentos, unas curiosas efemérides entorno a 1983 y los 26 años, su mirada especial, los tesoros que comparte y lo que a pesar del tiempo siguen siendo su personalidad.

Hoy parece que las cifras tienen especial relevancia: 5, 100x24, 27. Sin embargo, no importan tanto las cifras como los sentimientos que esconden. No voy a repetirlos, están más que claros en su blog para el que quiera verlos y como ya he escrito, incluso yo me he atrevido a escribir sobre ellos. Por eso, hoy, simplemente voy a cerrar este largo post con unos simples puntos y seguidos...

PD: Porque este camino, estimado y querido David, que hemos emprendido hace ya ocho años, quiero que siga adelante y no terminé con un punto y final. Y por supuesto, ¡Feliz Cumpleaños ! ;)

Thursday, June 17, 2010

Pensar

Lentamente, como si hubiese estado ensayando este momento toda la vida, cerró una a una cada ventana, cada cortina. Despacio, con pasos cortos, como si no quisiera herir la superficie de la alfombra de vivos colores, se dirigió hacia el interruptor de la luz y dejó totalmente a oscuras la habitación.

Ya no podían verse ni las estanterías repletas de fotos, libros, discos y recuerdos de todo tipo. Las paredes blancas se tornaron negras y en el olvido cayeron los cuadros, los diplomas, las restantes fotos pinchadas en el corcho donde, como hojas de un árbol, pendían al abismo pañuelos, medallas, trozos de papel y pedazos del pasado.

Buscó a tientas la cama, se recostó muy despacio. Apoyó su cabeza sobre la suave almohada, colocó sus manos en paralelo al resto de su cuerpo y respiró muy profundo. En el bolsillo de su camisa encontró el mando de la cadena de música y apretó el botón que tenía dibujado un triángulo tumbado, con su pico señalando hacia la derecha. Dejó el mismo en su pecho, volvió a respirar y mientras las notas inundaban la oscuridad.

Pensó...

Y ustedes, ¿qué pensaron?


Monday, June 14, 2010

Conjugar el verbo ....

Yo...

Tú...

Él...

Nosotros...

Vosotros...

Ellos...

Sunday, June 13, 2010

No me gusta...

No me gusta sentirme así.
No me gustan los días grises y de lluvia en los cuales quedarme en casa es un suplicio porque no me aguanto.
No me gusta ir al cine y tener que ver siempre la película.
No me gusta el cielo cuando la luna está sin estrellas, y tampoco me gusta la noche sin luna.
No me gusta cenar y no tener con quien compartir el postre.
No me gusta ver como vacío la botella y no brindo con nadie.
No me gusta estar borracho y no tener a quien hacer confesiones.
No me gusta leer mil y una páginas y no poder leer ni una sola mano que cierre mis libros.
No me gusta llorar sin derramar una lágrima, y tampoco me gusta
reír y oír mi propio eco.
No me gusta el silencio que me rodea.
No me gusta estar sin mis padres.
No me gusta extrañar a mi hermana y no poder disfrutar de su alegría.
No me gusta perderme la inocencia de mi sobrino.
No me gusta que Oscar esté en Santiago.
No me gusta recordar Coruña como un Comala, porque yo no quiero volver.
No me gusta ver como nos hemos olvidado los del máster.
No me gusta ver como se aleja David, ahora que lo sentía tan cerca.
No me gusta que Madrid me oprima.
No me gusta oír una y otra vez a Sabina cantando Calle Melancolía.
No me gusta escribir borracho porque no puedo controlarme.
No me gusta esta entrada de mi blog.
No me gusta....

Saturday, June 12, 2010

Efímera o firme

Salí hoy del gimnasio después de una sesión de spinning dura pero muy reconfortante, comprendo que esta afirmación puede sorprender, pero aquellos que disfruten del ejercicio me entenderán perfectamente.

Con esa fantástica sensación en el cuerpo, después de tomarme un café y haber devorado unas cuantas páginas de mi nueva lectura, "El palacio de la luna" de Paul Auster, llegué a casa y comencé navegar por Internet releyendo viejas entradas de mis blogs y oyendo música. No es algo que haga muy a menudo, pero ocasionalmente suelo perderme volviendo a leer lo escrito por mí, sobre todo mis reflexiones, para comprobar si lo plasmado negro sobre blanco sigue estando presente en mi forma de pensar o bien, el paso del tiempo ha dejado su inevitable huella.

Estaba, como he dicho, releyendo y oyendo una fantástica pieza de Jaroussky titulada "Sovente il sole", cuando dí con la entrada titulada "A quien buen árbol se arrima...". De manera muy breve, en ella reflexionaba sobre mi concepto de amistad y la necesidad que tenemos de rodearnos de gente "que nos transmita vitalidad, ganas de vivir, sentimientos,si han leído bien, sentimientos ahora que estos parece que nadie valora correctamente, pero no solamente sentimientos, sino también valores y creencias que nos motiven a ser mejores personas." La base de esta afirmación se encuentra, a mi modesto parecer, en que como todos sabemos, el conocimiento está disperso y no centralizado en un único individuo. No podemos mejorar como personas si nos creemos seres perfectos y maravillosos que no necesitan aprender de otros. No debe suponer esto un alegato en contra de la auto-superación o la auto-motivación, cualidades fundamentales y que uno debe aprender cuanto antes. El intentar superar nuestras barreras tanto profesionales como personales por nosotros mismos es la piedra angular del éxito y una vida feliz. Pero, ello tampoco debe suponer en nosotros el fomento de un ego desmedido y descontrolado que críe sentimientos tan negativos como el orgullo agigantado, la soberbia, la pedantería, etc.

Esta reflexión mía, originó una respuesta en otro blog con el título de "La amistad ante todo... efímera" (la cual animo a que lean), donde el dueño expone sus ideas sobre la amistad. Entre todas ellas, destaco: "Sin duda no hay nada más enriquecedor que darlo todo de ti mismo sin esperar nada a cambio.." o "Cuando vas de un lado a otro y tienes que conocer mucha gente y no te da tiempo a intimar con nadie aprendes a sacarle partido a todo el mundo, a "intimar" con todo el mundo y a abrirte a todo el mundo." Para él, la bondad o generosidad en las relaciones personales deben primar por encima del tipo de relación que se establezca o pueda establecerse, básicamente puede resumirse en un "haz el bien y no mires a quién".

No voy a ser yo quien juzgue aquí, una actitud como esa, que además de compartir, me parece digna de alabanza y admiración. Pero si me gustaría remarcar algo de lo que me he dado cuenta después del tiempo que ha pasado de esas dos entradas.

Y es que quizás él tenía más razón de la que yo pensaba por aquel entonces. En su respuesta a mi entrada escribía: "La amistad es algo tan subjetivo... Para unos una amistad es una llamada de vez en cuando, para otros saber qué pasa en cada momento en la vida de sus amigos, hay quien piensa que la amistad es algo que se lleva dentro..." Y ese es el verdadero problema de la amistad, lo que cada uno espera a su vez del concepto previo que uno ha preconcebido de la amistad. Si una persona espera que le llamen y otra no ve esa importancia, tenemos un problema; si una persona muestra interés por saber de la otra, pero esta segunda es reservada, tenemos un problema; etc.

Ese concepto construido mentalmente sobre lo que significa la amistad no es algo objetivo, cada uno tiene su propia concepción y respuesta a la pregunta de qué es la amistad y, por lo tanto, actúa y espera en consecuencia de esa concepción previa. Por ello, toman más valor las palabras de Oso cuando nos dice que es mejor dar desde un principio, sin mirar a quien ni esperar nada a cambio, porque esa actitud generosa nos evita problemas mayores sobre lo que nos va a deparar una amistad. Damos, y como no esperamos nada a cambio, nuestro concepto de la amistad no se ve afectado y por lo tanto, no surgen los problemas.

Es cierto, debo hacer constancia de ello, que en ese argumento, echo en falta valores como la lealtad y el compromiso. Arturo Peréz Reverte en una entrevista respondía que la amistad es ver como tus amigos cometen actos deleznables y atroces y tú, eres incapaz después, a pesar de saber que han obrado mal, dejar de ser amigo suyo. No todos compartirán esa opinión del genial escritor cartaginés.

Por mi parte, aunque sigo considerando básicos para una amistad la lealtad y el compromiso, también es cierto que esos han sido, por otro lado, las ideas sobre el tema que nos ocupa que más problemas me han dado con mis amigos. Espero lealtad y compromiso, sin darme cuenta de que ese es MI concepto de la amistad, y no la que tienen la gente que se mueve en mi círculo más cercano. Ahora entiendo mejor que nunca, eso de no esperar nada de nadie, y dar lo mejor de uno, porque aunque no recibamos nada, como tampoco lo esperamos, por lo menos nos encontraremos muy a gusto con nosotros mismos.

De estos escritos han pasado ya casi cuatro años, los mismos que llevaba conociendo al dueño de El Rincón Barrido, lo que hace, que actualmente sean ya ocho. Mi pregunta es: ¿hemos cambiado o seguimos pensando igual? Aunque yo ya tengo mi respuesta.

Wednesday, June 09, 2010

Negra Sombra

Nun tempo quedo de choiva e vento,
nun ceo gris de paisaxes verdes,
abonda unha bágoa para rebordar un mar.

Laiados sen folgos dun tremar
sen pena, dun sentir sen alma,
dun home vagando por un camiño
sen final.

Mans cravadas a sangue nunha terra,
raizames secos sen esperanza,
follas vellas levadas mais aló,
do lume quente do lar.


Tuesday, June 01, 2010

Tu peor enemigo, tú mismo

Esta entrada está inspirada gracias al increíble trabajo creativo de una persona con mucho arte y ganas de comunicar, bien sea por escrito o visualmente. No puedo más que dedicársela, agradeciendo que me haya servido su obra para escribir la historia que ahora les presento. Espero que le guste y les guste.

Paseaba despacio, ignorando el paisaje que se desplegaba a su alrededor. Con la mirada clavada en el empedrado, los verdes árboles, el fresco césped y las luces desperdigadas aquí y allá de las farolas no eran capaces de interrumpir sus pensamientos.

Había salido de casa para despejar un poco su confusa mente, pues llevaba ya varios días dando vueltas y más vueltas al mismo tema. Estaba tan obsesionado y preocupado que salió sin despedirse de su hermano, que por aquel entonces estaba contestando a unos correos en su ordenador. Pero si se aseguró de llevar consigo las llaves y su cámara fotográfica, guardada en su funda de color negro. Su intención era poder sacar unas fotos del Retiro de noche. La fotografía era una mezcla de hobby y actividad catártica que le tranquilizaba y permitía recuperar la serenidad. También ayudaba, claro está, los largos paseos para conseguir la instantánea deseada. Horas de caminatas conociendo una ciudad que para él abría paisajes desconocidos para la mayoría. Disfrutaba de Madrid, porque era capaz de verla con los ojos del que quiere conocer el auténtica alma de la capital, el deseo de captar sus rincones, tanto los habituales como aquellos únicos y especiales, que sólo se acaban por conocer después de mucho tiempo paseando por entre las venas de este cuerpo lleno de vida palpitante que es la villa.

Ese atardecer se había preparado a conciencia a pesar de las prisas con las que salió de casa. Una ropa cómoda y fresca para soportar ya el calor casi veraniego que baña la ciudad. Un pantalón hasta las rodillas, de color marrón claro y cruzado por rayas verticales y horizontales de color más oscuro; una camiseta casi del mismo color que el pantalón, con rayas rojas horizontales; unos pequeños calcetines blancos que no llegan a cubrir los tobillos y unas zapatillas sin cordones de color azul. Esta claro que no necesitaba de mucho equipaje para lanzarse a la aventura de descubrir Madrid y también, como no, su yo interno.

Seguía ensimismado en sus pensamientos cuando un pequeño ruido le llamó la atención, miró atrás y no vio nada más que el camino de árboles, farolas encendidas y sombras proyectadas de los primeros por las luces de las segundas. Sin embargo, comenzó a invadirle la sensación nada acogedora y agradable de sentirse vigilado y seguido por alguien. Intentó tranquilizarse y racionalizar la situación, se dijo que muchas veces tenemos esa misa sensación y nunca ocurre nada, pero oyó de nuevo el mismo ruido y, otra vez volvió a girar la cabeza atrás para, ya asustado, encontrarse con el mismo desolador y solitario paisaje anterior.

Comenzó a caminar un poco más deprisa, su respiración era cada vez más agitada y sus latidos comenzaban a sentirse cada vez más fuertes en su pecho, desde luego estaba asustado. Empezó a maldecir el poco provecho de las fotos que había sacado, lo inútil del paseo para haber aclarado su preocupada mente y por si todo ello no hubiese sido suficiente, ahora se encontraba con la horrible imagen de sentirse perseguido.
Cada paso que daba aumentaba su agitación y también oía más cerca y más fuertes el ruido que iba detrás de él sin dejarle un respiro. Se detuvo con toda la valentía que fue capaz de reunir y echó otra mirada a su espalda para, aterrado, volver a toparse con nada.

Sin embargo, cuando miró de nuevo al frente, la imagen que apareció delante suya le paralizó, la sorpresa se unió a la incomprensión y el miedo dejando su cuerpo totalmente helado, incapaz del más mínimo movimiento. Su cabeza no reaccionaba y no quería creerse al ser que tenía enfrente suya. Lo único que notaba eran sus fuertes latidos en su pecho, con una cadencia que se clavaba en su sien y en su oído; y su respiración entrecortada, rápida y incapaz de llenar de suficiente aire sus pulmones como para tranquilizarle.

De golpe, intenta retroceder, tropieza y se cae al suelo de espaldas, levanta las manos para intentar parar no se sabe muy bien qué de su horrible visión, mientras su cara se contrae en una mueca de sorpresa y horror.
La extraña figura le observa atentamente con un rostro frío, cruel y sin un ápice de misericordia o perdón; levanta sus manos, las une y formando lo que sería un arma de fuego con los dedos, le apunta directamente a su corazón.

Tu peor enemigo, tú mismo...
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