Me llamo Chari y soy prostituta, de esa clase de putas que salen a la calle enseñando el coño para poder comer y dar de comer a su hija, una hija de puta, mi hija. Ella no lo sabe, sólo tiene cuatro años y lo único que hace es preguntarme por qué tengo que trabajar de noche hasta tan tarde. Eso sí, después de haber sido follada toda la noche por tíos bajos, altos, gordos, flacos, casados, solteros, negros, blancos, rubios, castaños y haber realizado más posturas que una edición ampliada del kamasutra, acompaño a mi estrella a la puerta del colegio, a pesar de no poder caminar sin que me duela cada centímetro de mi cuerpo, que no de mi alma, esa está más que limpia mientras pueda ver una sonrisa en la flor de mi casa.
Hoy hace frío, no resulta nada fácil trabajar en invierno cuando la falda más larga no llega a cubrir tu culo y el abrigo más grueso es tan transparente que deja muy poco que insinuar a los posibles clientes. Sin embargo, lo peor son los jóvenes que en coche se dedican a insultarte y recordarte cada dos por tres cual es tu profesión, te imaginas a una pandilla de niñatos con granos, conduciendo un Golf llamando con cara de cabrón y furia fontanero con tono despectivo a un fontanero. Así de puta es la vida.
Las luces de un coche se acercan, disminuyendo la velocidad mientras se pone a mi lado, baja la ventanilla, es un chico joven, unos treinta años, buen aspecto. Me pregunta cuanto, lo convenido cuando la noche sale mala, acepta sin rechistar. Me subo.
Salimos a un descampado. Para el coche, me paga y al momento comienza a manosearme, gimo mientras imagino lo feliz que estará mi niña mañana cuando vayamos de compras… qué es eso, … por qué me duele el vientre… mierda… estoy sangrando, el hijo de puta me ha clavado un cuchillo, intento gritar, pero con su mano derecha ahoga mi grito antes de que salga de mi garganta, tengo frío y él sigue follándome, empiezo a temblar, se ha corrido dentro, cabrón… no puedo moverme, todo su peso me oprime, un corte en el cuello, la hoja está caliente de haber estado clavada en mi vientre, respiro con dificultad y sólo puedo pensar en que mañana no podré llevar a mi niña al colegio… .
1 comment:
La historia es buena (parece que el tema es matar a gente últimamente...) pero creo que la manera de estar contada no es la correcta. Está muy bien escribir con mucha corrección ortográfica y todo eso, pero una prostituta apuesto que no habla así. Otra de las cosas que hace bueno un texto es la capacidad de adaptar el lenguaje a los personajes. Un niño ni un flipi of the live dirán nunca: me quedé anonadado. Es probable que el niño ni sepa expresarse y el flipi dirá que se quedó "to roto", "flipao" o similar. Un saludo.
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