Wednesday, September 21, 2005

A mi padre

Llevas tiempo haciéndote preguntas estúpidas, cuestiones idiotas y lo sabes, quizás es por ello que tu enfado contigo mismo es mayor. Las respuestas no existen a esas dudas, lo único que puedes hacer es coger impulso y volver a caminar hacia delante, como lo has hecho desde que dejaste de ser un niño, algo que ocurrió demasiado pronto pero que no impidió que llegases a ser lo que hoy eres.

¿Qué es lo que eres hoy en día?, me preguntas, pues la persona que mejor escenifica lo que significa la lucha diaria por lo que considera justo, el soldado raso que solo ante el fragor de la batalla, ha sido capaz de salvar a todo su batallón luchando con coraje por defender sus ideas y a las personas que quiere.

Tú solo me has enseñado más cosas en silencio que mil libros y profesores juntos, me has aprendido lo que significa el sacrificio de un padre por el futuro de sus hijos, la fidelidad a la mujer que siempre has amado, el levantarse cuando las circunstancias se muestran adversas y uno piensa que se encuentra perdido. Tú eres la comprensión y la paciencia infinita, como has demostrado cuando te cargábamos con nuestros problemas, con nuestros miedos e inseguridades.

Recuerdo como, cuando Ismael murió, con una sonrisa en tus labios, me cogiste en tu regazo y me dijiste: "Alberto, tu amigo no ha muerto, dentro de tu cabeza él sigue vivo, en tus recuerdos está su sonrisa, vuestros abrazos, los días que os peleabais y os declarabais odio para, al cabo de unos segundo, ir corriendo por la aldea desnudos para escandalizar a la pija de Marta, y vaya paliza te cayó, lo recuerdas. Pues esas cosas jamás morirán, eso es lo que realmente debes sacar en claro de todo esto hijo mío". Y yo, con sólo quince años, escuche atento y aunque no podía comprender como eso me iba a devolver a mi mejor amigo, de pronto una sonrisa también broto en mis labios, motivada quizás por tus palabras o por el manojo de comics que me habías comprado.

Ahora, mucho tiempo después, soy yo el que debe cogerte en mi regazo y decirte que debes seguir luchando, que has ganado una batalla contra tu enfermedad, pero que no puedes rendirte en la guerra que acaba de empezar, no tú, que has luchado en muchas y siempre has salido victorioso. Mucho menos ahora, ya que si bien antes no contabas con nadie, ahora, tú, ya no eres un soldado raso solitario, sino que cuentas con toda una caballería dispuesta a luchar junto a ti.

Aprovecha el tiempo, y por una vez, disfruta de la vida que siempre has querido para ti, por una vez deja que un pequeño resquicio de egoísmo anide en tu solidario corazón y dedícate tiempo. No pienses en más en que ya no puedes ayudar tanto como antes, eso es mentira, el que no puedas ser tan fuerte físicamente como antaño no te convierte en un débil, tus consejos y tu fuerza de voluntad siguen igual, sino más fuertes que antes.

Yo, tu hijo, soy consciente de que saldrás victorioso, pero también comprendo que en el fragor de la batalla, no todo se ve claro y las dudas asaltan por todos lados. Sabes bien que yo también estoy luchando en mi batalla particular, que las dudas me asaltan y que algunas veces pienso en rendirme, pero no lo hago y sabes por qué, porque conozco a un simple soldado raso que jamás se ha rendido y que me ha enseñado, que seguir luchando es la clave para conseguir lo que uno desea, y en el caso de no conseguirlo, la satisfacción de haberlo intentado con todas las fuerzas, no significa un fracaso, sino que estábamos equivocados y que debemos corregir nuestros objetivos hacia otros nuevos.

Tengo un buen amigo que adora una canción, yo al principio no lo entendía que pudiese gustarle, pero después de cierto tiempo, también a mi me empezó a gustar; se titula I will survive; ¡sí!, esa que de vez en cuando escucho cuando estoy en casa y la pongo a todo volumen y dices que es un himno gay, y que desde siempre sospechabas que tu hijo era un poco asín; pues escúchala, verás como ese ritmo contagioso te invade e incluso parece que entiendes la letra, es realmente como un bálsamo, hazlo, y si no funciona por lo menos sacarás dos cosas en claro: que lo tuyo no es la música disco y que tu hijo, si es capaz de gustarle esa canción, es gay. JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJ. Al fin y al cabo ya tienes un nieto, para que quieres más.

1 comment:

Anonymous said...

Con respecto a este mensaje sólo diré que no es aquí donde debes colocarlo sino que se lo debes ofrecer a la persona a la que va dirigida. Aunque no lo entienda o piense que eres un sensiblero, debes hacerlo. Un saludo.

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