Sunday, April 03, 2011

Explora tus límites

Observaba el ir y venir del tiempo. Sentado, siempre sentado. En su cabaza la sensación de que algo se le escapaba entre las manos y no era capaz de retenerlo. Ciertos pensamientos se le agolpaban y le golpeaban, derrotándole, obligándole a tenderse y quedarse siempre quieto. E inmóvil, paralizado por el sufrimiento, veía pasar la vida por delante de sus tristes ojos. Hasta que algo ocurrió.

Se levantó. Miró a su alrrededor, respiró profundo, cerró los ojos y sin importar nada más empezó a correr....

1 comment:

Alberto Fernández said...

¡Gracias, gracias de corazón! Me ha encantado que hayas continuado lo que por una vez, eran unos puntos suspensivos que te invitaban direcamente.

Esta entradita será pasada a mano a esa libretita azul ;)

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