No fue la mesa para dos que solo tuvo un comensal, ni el postre amargo que me comí, ni siquiera que fuese el único cisne solitario. No. Fue como tomaste entre tus manos mi corazón y lo arrojaste sin el más mínimo resentimiento al suelo. Fue el desprecio con el cual pronunciaste las últimas palabras que salieron de los labios que deseaba besar. Fue como has convertido una ilusión en un desengaño; como has conseguido borrar, sin despeinar ese cabello que tanto ansiaba sentir entre mis manos, la sonrisa más bonita de mi cara.
Has conseguido que vuelva al barrio de la Calle Melancolía y mientras, "en la escalera me siento" a lo lejos el ir y venir de los coches, pero yo solo oigo ruido, "tanto ruido, que al final llego el final.". Y sin embargo....
1 comment:
Y mientras se pasea siempre podemos pararnos un rato y descansar con un buen amigo ;)
¡Gracias! Feliz paseo David
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