Monday, September 18, 2006

Reflexiones sobre palabritas. Post data sobre aniversario.

No soy yo de reflexionar en voz alta en este blog, y mucho menos hacerlo sobre cuestiones o temas personales que más o menos me afectan de forma directa, pues cuando concebí la idea de este trozo de papel virtual, lo hice como mera plataforma donde colgar mis escritos más fantasiosos o novelescos si prefieren llamarlos así. Me gusta escribir, y por supuesto, me gusta que me lean, aunque seguiría escribiendo aunque no lo hiciesen, pues de hecho, así fue durante mucho tiempo, y conservo muchos relatos y cuentos que no han sido leídos y están esperando en la recamara que me anime a su publicación o que reúna el valor suficiente para colgarlos de la red.
El lector avispado ahora mismo estará con la mosca detrás de la oreja pensando: ¡pero este hombre de que va!, si por todo el blog existen ya varios relatos y escritos donde habla de cuestiones personales. Touché. Es cierto, esos fragmentos están ahí, la mayoría escritos por la necesidad de aligerar la carga emocional del momento, por traspasar el límite personal de ingesta de alcohol con sus consecuencias o simplemente por catarsis, al necesitar ver escrito lo que pasaba por mi mente para luego reflexionar sobre ello. También es cierto, y el lector inteligente y atento me dirá, que es imposible no reflejar cierta parte personal, del ego más subconsciente, en cada cosa que uno escribe, y yo le diré que eso es cierto, que entre las pinceladas intencionadas a las situaciones o personajes que uno da adrede, y las que el subconsciente cola sin permiso del autor, es inevitable no verter algo de las miserias y grandezas de uno en lo escrito. Sin embargo, la gran mayoría de los textos escritos aquí son relatos o cuentos, con más o menos carga personal, pero nunca reflexiones personales directas.
Pero hoy quiero pensar en alto y delante de ustedes. Y quiero hacerlo sobre el consumo de lo que llamo fast feel. O sea, y perdón si mi inglés no es bueno, los sentimientos rápidos, del estilo fast food.
La sociedad que nos ha tocado vivir nos ha impuesto a todos una dinámica clara, el tiempo es oro, y por lo tanto, debemos aprovecharlo al máximo. Pero a mayores, nos impone la obligación de la movilidad, es decir, la necesidad de cambiar constantemente de lugar para buscar las mejores oportunidades de promoción y formación. Nos vemos avocados a ser flexibles para así no perder el tren de alta velocidad que es la vida. Por eso, estudiamos la educación básica en un lugar, la universitaria en otra, posiblemente muchos opten por la post-universitaria en otro lugar y acaben encontrando trabajo en otro sitio. Cinco años acá, otros tres o cinco allí, otro más allá e incluso el trabajo más acullá. Eso supone, que en menos de a lo mejor 12 o 15 años, uno acaba iniciando relaciones personales de compañerismo o amistad por decenas, en breves y cortos periodos de duración, abocadas la mayoría a sobrevivir un año o dos por encima de la marcha hacia otro lugar que supone la ruptura física de la relación. Y sólo son muy pocas aquellas incluso las que cumples esta última característica.
No quiero hacer pensar a mis lectores que estoy disgustado con esa situación o que la rechazo e incluso me auto-compadezco de tener que vivirla. Todo lo contrario, me gusta viajar, me gusta conocer gente y lugares nuevos, soy un alma inquieta y muy abierto a vivir experiencias nuevas. Además de ser muy competitivo, lo cual me lleva siempre a intentar dar un paso más allá para ser mejor y buscar constantemente los lugares donde puedo conseguirlo.
Sin embargo, esta la situación de fast feel que he descrito me hace reflexionar sobre como algunas palabras para mi muy importantes comienzan a perder valor o estar vacías de contenido. ¿Qué significan hoy en día palabras como compromiso, fidelidad, respeto, confianza? Es como si en el subconsciente general de todos existiese el mecanismo que nos dijera que no debemos comprometernos mucho en una relación, pues sabemos que va a durar lo que dura un año académico o una carrera universitaria, o incluso un contrato temporal. ¿Por qué tengo que respetar a mi compañero de trabajo, si se que dentro de tres meses me voy a la calle? ¿Por qué ser fiel a una amiga o novia, si me queda menos de un año para acabar la carrera y luego todo se habrá acabado?
Soy consciente de que las relaciones necesitan muy mucho de una componente, llamémosla, física, de contacto. Sobre todo si hablamos de relaciones de noviazgo. Pero también me pregunto hasta que punto los sentimientos antes sentidos han sido auténticos, productos de un compromiso, o por el contrario, ese compromiso desaparece debido a la temporalidad de esa vivencia, la cual es conocida, y nos lleva a un consumo rápido de sentimientos intensos pero poco duraderos. Y por supuesto, me conducen a otra reflexión, son los sentimientos que llamo fast feel mejores o peores que los, denominémoslos, tradicionales. La respuesta se la dejo a ustedes.
Soy consciente de que mis circunstancias vitales personales hacen que a lo mejor tenga una óptica desvirtuada de lo que ocurre, y en realidad todo esto no sea así. Sin embargo, tengo la sensación de que no soy el único que piensa así.
He sentido muchas veces que no hay ya capacidad de entrega, de sacrificio, de compromiso por el trabajo, los estudios, pero también sobre las relaciones personales. Cuántas veces no hemos oído la manida frase de que “seremos amigos para siempre”, o nos “mantendremos en contacto”, o nos “llamaremos”; pero en el fondo sabemos que no lo haremos, que no tenemos la capacidad de compromiso para llevarlo a cabo.
Y no hablemos ya del respeto. No respetamos a nadie, porque sabemos que difícilmente volveremos a toparnos con ella. No respetamos a nuestros vecinos de edificio, pues el alquiler dura sólo un año, no respetamos a nuestros profesores porque sólo nos darán una asignatura y luego si te he visto no me acuerdo. A nuestros compañeros los perderemos de vista dentro de un tiempo, para que intentar ser mejor persona con ellos, si todo el esfuerzo que dedique a ello se acabará cuando acabe mi carrera o este año.
Yo no sé si estoy escribiendo un discurso hipócrita, pues resulta que a lo mejor actúo igual que lo que no me gusta; sin embargo, si pienso que algo me describe como amigo, novio o persona es que intento siempre llenar de sentido y valor palabras como compromiso, lealtad, fidelidad o respeto. Son ustedes los que tienen que juzgarme al respecto.
Y toda esta larga y aburrida reflexión tiene como motivo, que si ustedes tienen a su alrededor personas que también lograr dar contenido a esas palabras no les hagan dudar, que también les hagan conscientes de que para ustedes también esas palabras tienen significado y se lo hagan saber. Si tienen a su lado amigos, parejas, padres, etc. comprometidos, leales, fieles, respetuosos tienen tesoros invalorables. Lo sé. Sé que soy un viejo tradicional en este aspecto a lo mejor. Pero si para ustedes este viejo tiene algo de razón, háganme un pequeño favor, díganle a quien tengan de decírselo, eso se lo dejo a ustedes, que les quieren, que les respetan, agradézcanselo. Dediquen un tiempo de este fast feel que vivimos a decir cosas como: te quiero, te respeto, gracias.
Y para servir de ejemplo, a todos los que me leen, que sepan que soy consciente de mi compromiso, que les agradezco su tiempo. A mi seres queridos que les quiero. Y por supuesto, a mis amigos, que les agradezco todo y cada uno de los momentos compartidos. Espero que todos, lectores, seres queridos y amigos sigan ahí, independientemente desde donde les escriba. Yo por mi parte haré que todo lo que esté en mi mano para que el compromiso que tengo con cada uno de ustedes no se pierda ni se consuma.

P.D. : El blog ha cumplido ya un año, no lo he celebrado ni puesto ningún post, y desconozco el motivo. Sobre todo cuando estoy muy orgulloso de él, aunque no reciba muchas visitas ni tenga muchos lectores, la verdad es que es algo importante para mí. De todas formas, sirva este post para festejarlo con todos los que llevan un año leyendo todo lo que publico de manera fiel. Mirá tu que bien, hablando de la fidelidad y la lealtad. Gracias a todos, a los que vienen siempre y los que sólo han venido es contadas ocasiones. Y gracias sobre todo a David , por ser el mejor lector y el más crítico que tengo, por no perderte ni una sola publicación y por todos los comentarios, espero que sigas ahi mucho tiempo, jajajajajajaja, egoístamente sienta bien saber que lo leen, y personalmente agradezco tu tiempo hacia mi persona, por lo menos hacia mis escritos.

3 comments:

alma-amater.blogspot.com said...

Feliz cumpleaños. Oye,me ha gustado mucho tu confesión , con la que comulgo bastante. Te he encontrado casualmente e Intentaré seguirte. Yo he empezado hace muy poco. Suerte y saludos.
Este es mi blog.
Palabra de Yos: blog de relatos, reflexiones y palabrutas.

Alberto Fernández said...

Gracias por tus amables palabras y por tu visita Alma-amater. Puedes venir a colgar tus post-it a mi blog cuano quieras. Un saludo.

PD: Visita obligada a tu blog, sin duda, lo enlazaré.

alma-amater.blogspot.com said...

Muchísimas gracias. Estoy empezando en esto y aún tengo que familiarizarme hasta con el lenguaje bloguero, y encuentro que este oficio tiene mucho de travesía solitaria...Te visitaré dentro de dos semanas. Ahora me voy a Irlanda. Feliz agosto...y lo dicho, muchísimas gracias.

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