Sigo esperando. Cada tic tac de reloj es un pasar de tiempo que me agota y me vacía lentamente, aguardando a alguien que me diga dos dulces palabras. Y mientras desespero en brazos del dios Cronos y envejezco, a mi castigada mente se agolpan los días que han pasado desde la última vez que amé.
Pobre de aquel que nunca amó, pobre de aquel que jamás sintió el dulce castigo de perder la cordura en manos de su amante, en desorientarse del norte lógico por culpa del cuerpo que le busca y ansía. Pobre, si pobre, de aquel que orgulloso habla de su soledad. Porque aquí estoy yo, el más solitario compañero de la soledad esperando que alguien me diga dos dulces palabras.
Cuanto tiempo sin poder mirar unos ojos cómplices, sin tener una sonrisa al oído que me susurre besos, sin unas manos fuertes que me abracen.
Ahora encerrado en los barrotes de mi soledad, sigo esperando, tic tac, mirando como las agujas del reloj avanzan, mientras este triste cuerpo se marchita y se despide, anhelando que al maldito palomo le apetezca y venga a la mano, amargo o dulce, enemigo o amigo, veneno o caramelo; porque sigo esperando que alguien me diga dos dulces palabras…
1 comment:
"Te quiero"
Y aquí estoy, he amado con temor, sin límites, porqu como dices tú y como dice la canción, porque es mejor querer y después perder que nunca haber querido...
Y la soledad habla en mi silencio y anhelo el amor y sentir de nuevo el beso de un amanecer orgásmico entre susurros...
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