Hoy, un número permitirá realizar sueños, materializar ilusiones, sacar sonrisas, secar tristezas y como dice mi abuela "tapar agujeros". Unas cifras segundos antes anodinas, grises, sin mayor significado que el matemático se convertirán en un auténtico símbolo apotropaico que alejará el mal y se convertirá en atractor de bien.
Ahora mismo, miércoles 22 de Diciembre, a las doce y media de la noche, aún faltan unas cuantas horas para que todo ello suceda. Sin embargo, yo ya tengo el número premiado. No es un décimo cualquiera, no. Éste por ejemplo no tiene números como los demás, sino letras. Y lo que es más valioso e importante, su premio no es en dinero, sino en algo más importante. FELICIDAD.
Si, sé que es difícil de creer, pero yo tengo ese billete mágico. ¿Que qué palabras contiene? Pues unas tan simples y a la vez tan importantes como AMIGO. Y además, no tengo uno, sino varios, tampoco muchos no crean.
Recuerdo que no fue fácil adquirirlos, pues supuso dar a cambio no dinero, pero si tiempo, dedicación, paciencia, empatía, cariño, fidelidad, sinceridad, cariño, orgullo. Pero a cambio, ya pueden ver por ustedes mismos que el premio es mucho mayor.
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