Qué son los años, sean ocho, quince o tres, cuando al final un simple gesto recompensa el tiempo entregado. Nunca pensé en la recompensa, siempre en lo que podía dar. Lo recibido siempre ha sido un regalo. Ahora veo lo entregado y lo recibido y no puedo más que sentirme feliz.
1 comment:
Un simple gesto, como la sonrisa de un niño, o el abrazo agradecido de una anciana.
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