Algunos dirán que no es natural, otros argumentarán que es algo enfermo, infernal e incluso una aberración en toda regla. Y es que como todos los años el Día del Orgullo Gay está aquí y de golpe los medios de comunicación se llenan de noticias, artículos, ensayos y cartas al director defendiendo o atacando todo lo relacionado con la homosexualidad (eso siempre y cuando algún partido político no decida llevar supuestos expertos del tema al Congreso para demostrar las posibles bases clínicas para tildar de enfermos a los homosexuales, con el consiguiente revuelo de unos a favor y otros en contra). Y yo no podía ser menos.
Pero ojo, yo no quiero hablar de si unos deben casarse o no, o si se trata de una enfermedad o las posibles causas u orígenes de la homosexualidad, no. Yo quiero hablar de algo que se llama discriminación. Uno puede coger y leer lo que significa dicha palabra en el diccionario y hacerse una idea, pero les aseguro que por mucho que los académicos intentenn afinar su significado, jamás podrán transmitir lo que es sentir la discriminación. Piensen en un cuchillo afilado, muy afilado, que suavemente les va rasgando en lo más profundo de su cuerpo muy despacio, y estarán algo cerca de saber lo que es ser descriminado.
Y no hablo de los homosexuales, no, hablo de todas aquellas personas que se se sienten así: despreciadas, insultadas, ignoradas, menospreciadas, humilladas, presionas hasta lo inconcevible e incluso torturadas y asesinadas simplemente por ser diferentes. Si no creen que es para tanto, piensen en una sola cosa, imaginen por un instante que tienen una hija, madre o novia vive en un país radical árabe, o que su hijo es homosexual y quizás sabrán por donde van los tiros de este post it de hoy.
1 comment:
toda la razón, creo que has encontrado las palabras exactas para describir este cáncer que ahoga a los seres humanos. Sin embargo, eso no va a acabar ni porque se hagan miles y miles de marchas.
espero que lo que diga no sea cierto, que lleguemos algún día a vivir en un mundo dónde la gente viva y deje vivir, sin embargo mientras tanto tendremos que aprender a lidear con eso, para evitar que ese cuchillo corte lo único que nadie puede desruir, nuestra alma.
buen día
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