Wednesday, February 01, 2012

Al llegar a casa

Apartas la maleta y la mochila del portátil y sacas las llaves para abrir el buzón y ver el correo que ha llegado. Publicidad, más publicidad, facturas y un sobre naranja, miras el remite y te das cuenta de que es ella, después de tanto tiempo, ella te ha escrito. Pero no se trata de una simple carta, porque el sobre pesa, debe tener algo más dentro.

Al cerrar la puerta de casa tiras inmediatamente el resto de la correspondencia y mientras te quitás el abrigo tu impaciencia aumenta por el contenido de ese sobre tan colorido. Lo abres con impaciencia y dentro descubres que hay un libro de poemas, es de ella.

Trae una página marcada y abres el libro por ese lugar y ves que hay un poema todo subrayado en color rosa:

No es aconsejable depositar toda esperanza
en otro cuerpo

pero sucede y para entenderlo
habría que empezar por aislar
el proceso de la circunstancia
y observar con atención
las pequeñas transformaciones
en el significado de la palabra amor.

En tanto que sólidos
tenemos la naturaleza empecinada
de las cosas fáciles de encerrar.
Mira si no los zoológicos
las colecciones de entomología
los cubitos de ambar.
No hay manera de filtrarse o de colarse
por una rendija como el agua o el aire.

De extenderse hacia ti mis brazos
se han convertido en un tentido eléctrico:
entre tú y yo descansan los pájaros
juegan las tormentas
se encienden las ciudades.
Contra toda recomendación
se diría.

Y lloras porque sabes que tiene razón.... y sigues tendiendo la esperanza en las cuerdas frágiles de un corazón ajeno al tuyo.

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