El frío invernal entumece nuestros cuerpos mientras que el viento corta como mil cuchillas nuestros labios, sin embargo, la entrada del Teatro Real está a rebosar de gente. Al fondo la Plaza de Oriente y el Palacio Real iluminados dan a la escena un aire mágico, Madrid tiene un color especial en invierno.
¿Qué nos llevaba a toda esa multitud a soportar unas temperaturas tan poco agradables? El recital de una de las más grandes mezzo-sopranos del mundo, Cecilia Bartoli. La cantante italiana interpreta como nadie, con su magnífica voz, temas del Barroco y borda papeles tan exclusivos y reservados como los que realizaban los Castrati.
Allí estavamos, un sábado 12 de diciembre a las ocho de la tarde, esperando disfrutar de un soberbio recital de música barroca. El Real presentaba sus mejores galas, el ambiente previo transmitía la sensación de un momento irrepetible y único. Los murmullos de los diversos grupos antes de entrar presagiaban el éxito del evento, pues Cecilia Bartoli raramente suele defraudar. Y no defraudó.
Piezas claves de opereta y ópera como Porpora, Broschi, Caldara, Vinci y Araia del cual destaco "Cadrò, ma qual si mira", con el cual cerró la primera parte. El recital fue magnífico y Bartoli demostró a los pocos segundos el por qué de su reconocimiento mundial. Poco más puedo decir que los presentes disfrutamos de una de esas veladas del Real mágicas y únicas por las cuales el lírico madrileño forma parte de los mejores escenarios del mundo.
Una muestra de la maestría de Cecilia Bartoli, espero que lo disfruten.
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