Los economistas han estado durante toda la historia de la ciencia económica debatiendo qué es el valor y que factores lo caracterizan. A. Smith hablaba de valor de uso y valor de cambio; los austriacos y los marginalistas referenciaban el valor a su utilidad marginal y los neoclásicos abogan por una teoría subjetiva del valor donde no debe confundirse a éste con el precio.
¿A qué viene toda esta perorata? Bien, vayamos por partes. Ayer fui al Teatro Real a ver la ópera "Rigoletto" de Verdi y libreto de Maria Piave. Coste de la entrada 134 €. Aquí es donde entra lo expuesto al principio. ¿Vale realmente la experiencia de ayer ese precio? Les aseguro que no. Si tuviésemos que poner precio a la sensación, al torbellino de sentimientos que se vivió ayer en el aria "Tutte le feste al tempio... Sì, vendetta, tremenda vendetta" interpretada por Leo Nucci, tendríamos que haber pagado un precio mucho mayor.
La interpretación, magnífica, pero su voz, su voz fue maravillosa, perfecta, sublime, divina. La demostración de como debe cantar un barítono verdiano, esa fuerza en los agudos, la capacidad para acompañar a la orquesta sin suprimirla o perderse en la melodía, su coloratura, su potencia. Si podemos atribuir a Verdi la introducción del barítono como voz propia en la opera entre el tenor y el bajo, Nucci nos lo justifica, ¡y de que forma!. Ayer fue una de esas experiencias únicas e inolvidables que un espectáculo como la opera puede regalar.
Siento yo no poder ofrecerles el recital de ayer, pero si he encontrado en youtube una interpretación de Nucci en Parma en el mismo papel a la misma altura, aunque por desgracia con una calidad de sonido peor. Sin embargo, la magia se transmite igual. Espero que lo disfruten:
¡Lo he encontrado! El País lo ha colgado en su edicción digital. ¡Qué maravilla que puedan disfrutar del primer bis en la historia del Teatro Real! ¡De esa sublime interpretación! Disfrútenlo.
"Si, vendetta" de Leo Nucci en el Teatro Real
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