No puedo entender aquellos que se niegan,
a los que voluntariamente,
sin remordimientos y culpas,
vendan sus ojos al más puro placer.
No al éxtasis meramente físico,
hablo de cuerpo y la mente unidos,
elevados en un plano más allá
de lo puramente sexual.
De sentir la diada,
lo carnal y lo espiritual,
formando la más alta
esfera de goce sexual.
Por qué quedarse simplemente,
con el roce sudoroso de dos cuerpos,
por qué conformarse,
con el calor del sexo contrario,
cuanto está en nuestra manos,
llegar a Ouranos, la tierra
de la máxima experiencia sensorial.
Gozar de tus labios,
sentir la lujuria de tu sexo,
la fortaleza de tu cuerpo,
al mismo tiempo, en cada gemido,
en cada centimetro de piel,
establecer esa comunicación,
ese lenguaje más allá de la palabra,
el lenguaje del alma, de dos almas,
de dos fuegos encendidos,
compartiendo, transformándose
en un único ser,
mutando las esferas que
de los mundos de Eros y Atenea,
del cuerpo y la sabiduría,
separamos, y que ahora,
en este sexo, este goce,
volvemos a unir para asi,
en el orgasmo final,
cuerpo, alma, sexo,
sentir, gozar, soñar.
No comments:
Post a Comment