Tuesday, November 25, 2014

La matemáticas del físico poeta

En la más colorida oscuridad,
en el más estruendoso silencio,
se encontraba un cuerpo lleno de una vitalidad mortecina, sorda,
sin notas ni compás,
un cuerpo sin límite ni contexto,
 ni cóncavo ni convexo,
un cuerpo incapaz de tender al más lejano infinito,
un alma sin derivada,
un corazón sin integral,
una vida sin función,
sin imagen,
sin sueños...

La masa de un átomo sin su más elemental bosón,
añorando una onda,
extrañando una partícula,
llorando por cada fotón que le llene de luz,
girando sin sentido al ritmo de un spin sin sentido,
perdido en la conciencia de miles de branas,
desgajado y frágil como el gravitón más ligero,
sin carga,
ni color, ni campo,
sin espacio,
sin tiempo...
Free counter and web stats