¿Alguna vez te has preguntado por qué unas pocas personas parecen que tienen más suerte?, como si jugasen con algún tipo de ventaja en el tablero de la vida. Pues lo hacen, pero no se trata de ningún vil truco malévolo (si exceptuamos a los delincuentes), lo único que tienen es que juegan con un dado de seis caras, mientras que otros lo hacen únicamente con uno roto.
El dado que permite el éxito en la vida, como todo dado de seis caras, no deja de ser un cubo que se forma a partir de la unión de dos cuadrados. El primero de ellos es el cuadrado de lo intrapersonal, es decir, aquello que atañe a nuestro interior, a la relación que nosotros mantenemos con nosotros mismos. El segundo cuadrado es lo interpersonal, o todo lo que tiene que ver con cómo nos relacionamos con los demás.
La mayoría de nosotros jugamos con dados estropeados, bien porque solo tienen un cuadrado de los dos o, porque hacemos un mix extraño de cualidades de uno u otro cuadrado. Sin embargo, para lograr avanzar las casillas de este juego vital con una sonrisa en la cara, es necesario tener ambas partes en perfecto estado.
Muchos conocemos casos de personas que tienen un gran éxito en su relación con los demás, sin embargo, son personas autodestructivas consigo mismas. Y también sabemos de personas que tienen una fortaleza interior asombrosa, pero en sus relaciones sociales son un auténtico desastre. Pero ambos casos, comparten una situación en común, la infelicidad. Es cierto que pueden darse casos de personas que pueden tener un cuadrado solo bien potenciado y ser felices, como por ejemplo un ermitaño. Sin embargo, resulta difícil encontrar una persona que sea feliz solo con el cuadrado interpersonal, ello es así porque las victorias públicas vienen precedidas de las victorias privadas, como bien indica el Dr. Stephen R. Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
Este artículo toma la idea expuesta por el profesor Covey en el mencionado libro sobre las victorias privadas y públicas, pero se centra no en los hábitos, sino en las cualidades que toda persona debe dominar primero antes de adquirir dichos hábitos. Cualidades que tienen una parte personal y otra parte social, ambas las cuales deben ser totalmente interiorizadas y fomentadas para poder emprender posteriormente, el aprendizaje de los siete hábitos expuestos en la obra del fallecido Sr. Covey.
Estas cualidades son la honestidad, la fidelidad, la fuerza de voluntad y la afectividad que como ya hemos expuesto, tienen un lado intrapersonal y otro lado interpersonal, que juntos forman un cubo gracias a las aristas que yo llamo "diversión-resiliencia".
La honestidad, según la Wikipedia, es "una cualidad humana que consiste en
comprometerse y expresarse con coherencia y autenticidad (decir la
verdad), de acuerdo con los valores de verdad y justicia. Se trata de
vivir de acuerdo a como se piensa y se siente." De forma sencilla podemos decir que se trata de no mentirse a un mismo ni mentir a los demás, de establecer una coherencia entre nuestros pensamientos y nuestros actos. Trabajar la honestidad implica conocer lo que nos motiva, nos mueve, nos impulsa a comportarnos como lo hacemos y ver si esa acción, es coincidente con lo que realmente sentimos que debemos hacer. La victoria privada de no engañarse a uno mismo es vital para no acabar engañando a los demás.
La fidelidad es la cualidad humana para dar cumplimiento a las promesas. Si uno se ha comprometido debe ser consecuente y llevar a cabo lo pactado. Una mejor forma de entender esa cualidad es recurrir al término lealtad, pero debemos dejar claro que la lealtad es un valor y no una cualidad, para ser fiel uno debe ser leal. La victoria privada necesita que uno debe ser fiel a si mismo, lo que podría llamarse compromiso propio o "compropiomiso". La victoria pública es llevar a cabo los compromisos adquiridos con los demás.
La voluntad es "la cualidad de los seres humanos [...] que les mueve a hacer cosas de manera intencionada. Es la facultad que permite al ser humano gobernar sus actos, decidir con libertad y optar por un tipo de conducta determinado. La voluntad es el poder de elección con ayuda de la conciencia." Sin fuerza de voluntad, nos quedamos quietos y no somos capaces de avanzar hacia ningún lado.
La afectividad es la cualidad con la cual es ser humano experimenta los cambios que se producen en su yo y su entorno. Se manifiesta a través de las emociones y los sentimientos. Todos nos generamos y generamos esos estados emocionales y sentimentales, reconocerlos y saber tratarlos es fundamental para lograr tanto la victoria privada como la pública. Debemos se capaces de identificar aquellas emociones y sentimientos que nos hacen bien o mal para bien potenciarlos o bien, minimizarlos. De igual modo, tenemos que conocer que estados emocionales y sentimentales provocamos y provocan en nosotros las demás personas para actuar de la misma forma.
Estas cuatro cualidades se unen a través de aristas, denominadas "diversión-resiliencia", pues para lograr el dado que garantice nuestro éxito, necesitamos saber que ambos cuadrados necesitan que los vivamos con diversión, es decir, disfrutando el camino. Pero también sabiendo aguantar y sobreponerse a los golpes del destino, es decir, siendo capaces de aceptar los estados de dolor y sufrimiento y saber sobreponerse a ellos.
Ya tienes tu dado para jugar, ahora solo te queda tirar...
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