- ¡Estoy harto!, ¿sabes?, ¡me tienes harto! Tienes que entender que no puedes ir por ahí dicendo esas cosas.
- Pero papá...
- ¡Ni pero ni pera hijo!, por favor, comprende que una cosa es cuando juegas con tus amigos en el parque, pero otra muy diferente cuando la señorita te pregunta en clases qué quieres ser de mayor, no puedes contestar eso y mucho menos, enfadarte luego si tus compañeros se ríen de ti.
- Me da igual que mis compañeros ser rían de mí papá.
- Pero tienes preocupada a tu madre cariño, es la tercera vez que tiene que ir a recojerte al despacho del director, ¿qué te pasa cielo?
- Nada, te lo juro papá, no me pasa nada, simplemente que ellos no me entienden, no quieren entenderme.
- A mi también me cuesta mucho entenderte, no puedo comprender esa manía que te ha entrado de querer pisar la luna.
- ¡Pero lo haré papi, pisaré la luna y tocaré las estrellas! ¡Lo haré!
- ¿Y se puede saber cómo lo harás?
- Volando en un avión muy grande, con alas muy grandes y que tiene unas ruedas especiales para aterrizar en la luna, ¡he hecho hasta un dibujo!, ¿quieres verlo?
- Ahora no cariño, ahora lo que intento hacerte entender es que no puedes ir a la luna.
- ¡Claro que puedo...!
- ¡No!, ¡maldita sea hijo!,¡ no puedes! La luna está muy lejos y además no tiene aire, te morirás al no poder respirar.
- ¡Pues llevaré aire conmigo! Y el avión será muy rápido, tanto que si salgo por la mañana seguro que puedo estar de vuelta para la cena y así mami no se enfadará...
- ¿Y se puede saber cómo llevarás el aire contigo?
- Pues... pues... llenaré millones de globos y los iré vaciando a medida que me hagan falta. Y también llevaré agua y un sandwich y bueno, quizás algún regalo por si hay extraterrestes, mami siempre me dice que cuando vas a una casa que no es la tuya, siempre tienes que llevar algo, pero, ¿qué podré regalarles a los extraterrestes papi?
- ¡Ay, hijo mío, eres imposible! Eres igual de terco que tu abuelo, que en su día se empeñó en que montaría en un carruaje sin caballos y acabó conduciendo uno de los primeros coches.
- Sabes papi, creo que debería ir a una escuela donde me enseñen a pilotar aviones, sino no podré luego ser el piloto que vaya a la luna.
- Mañana lo hablamos Niel, ahora duérmete cielo. A veces pienso que con la pasión que tienes, acabarás por pisar la maldita luna.
- ¡Claro que la pisaré papi!
En memoria de Neil Armstrong (1930-2012), primer ser humano en pisar la luna.
"Este es un pequeño paso para el hombre pero un gran saldo para la humanidad"
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