La mochila del 2011

Termina 2011 y ha llegado la hora de hacer balance del año transcurrido. Y no puedo más que resumirlo en una palabra por excelencia CAMBIO. Ha sido un tiempo donde me he enfrentado poco a poco a los miedos que me atenazaban. Donde he aprendido a disfrutar de mi cuerpo y a ponerlo a prueba con dos retos que aunque no superados disfruté como un niño. 365 días que confirman todo lo que tengo que aún por hacer y trabajar y y todo lo que ya he logrado. Han sido 12 meses de constante aprendizaje e ilusión por hacerlo donde he comprobado que el trabajo no lo es todo y el mayor esfuerzo no se paga en monedas sino en sentimientos. Quiero agradecer a todos los que me han acompañado en especial a mi familia por ser luz. A David y Felipe por ser luz y ponerme las cosas claras y con sinceridad sobre la mesa. A la familia Roncero Dominguez por hacerme sentir como en casa y hacerme partícipe de luz. Y gracias a mi por no dejar de luchar contra mis miedos, mis derrotas e intentar cada vez ser más yo. Un buen amigo mío, un amigo del alma dice que él es "muy yo". Y eso es lo que espero que os deparé el 2012, que seais muy vosotros y sobre todo, felices.