La crónica
anterior estaba descafeinada, le faltaba emoción, sentimiento, aunque si había admiración y respeto por el campeón, sabía que
él no tardaría en colocar la suya y yo quería dejarle la mía, la de verdad, de regalo en la suya porque se comportó como un líder, como un campeón y como un amigo. Porque sé que la decisión que tomó no fue la más fácil, pero si la más acertada, por todo ello, he esperado para regalarle lo que de verdad yo sentí y pensé.
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